28 Nov Berlanga de Duero
Esta semana vamos a visitar otra de esas villas con encanto que tanto nos gusta mostraros en nuestro blog. Nos vamos hasta Berlanga de Duero, a 40 kilómetros de donde nosotros nos situamos.
Cómo llegar.
Es muy fácil llegar, deberemos ir hasta el Burgo de Osma y coger la N-122 en dirección Soria. Una vez pasado este pueblo, llegaremos a una rotonda donde tomaremos la salida hacia Almazán por la CL-116. A partir de aquí no tendremos ningún problema con las indicaciones.
Un poquito de historia.
Sus orígenes se remontan a la Prehistoria. Posteriormente Valeránica pudo ser su nombre romano. Pero no sería hasta el siglo X hasta que no empieza a constar en los escritos como un pequeño poblado situado en el difícil territorio disputado entre musulmanes y cristianos durante siglos junto a la línea del Duero. Acabada la Reconquista, e inmersa entre disputas castellanas, adquiriría gran esplendor bajo la familia de los Tovar.
PATRIMONIO
Castillo.
Si algo llama la atención desde la lejanía a propios y extraños es su imponente castillo. Construido sobre una pequeña fortificación musulmana, hoy en día podemos diferenciar dos recintos de etapas diferentes. El primero, de la época medieval, que experimentaría diversas reformas a lo largo de los años y cuyo máximo exponente es la torre del homenaje. El segundo, del siglo XVI, de toscos muros y cubos en sus esquinas, levantado para aguantar los ataques de la nueva artillería de aquel momento. A partir del siglo XVII, después de un incendio, comienza su declive y saqueo que darán lugar a que hoy lo encontremos en estado de ruina.
Palacio.
A los pies de esta fastuosa fortaleza está lo que queda del palacio de los Marqueses de Berlanga. Actualmente sólo podemos ver la fachada principal y una torre de lo que fue un grandioso edificio. Durante la Guerra de la Independencia fue incendiado, lo que acentuó su decadencia. A día de hoy, es aquí donde se encuentra la oficina de turismo y donde podemos comenzar la ascensión hasta el castillo.
Colegiata.
Pero Berlanga es mucho más, paseando nos encontramos calles y casas con sabor a historia. Llegamos a la plaza de San Andrés, donde su fuente nos recuerda bastante a la de El Burgo de Osma. Allí se alza la elevada colegiata de Santa María del Mercado.
Levantada en el siglo XVI a caballo entre el estilo gótico y renacentista, su construcción quedó inconclusa. Entramos, la altura de sus naves impresiona. Además de las numerosas capillas y el retablo mayor, este monumento también tiene órgano y coro. Sin embargo, nos quedamos en la memoria con su famoso “lagarto”. Este ejemplar de caimán traído por Fray Tomás de Berlanga desde las Islas Galápagos está justo a la entrada colgado en la pared. Disecado a su muerte y recientemente restaurado, se ha convertido en todo un símbolo de la villa.
Para acabar nuestra vuelta por la localidad nos llegamos andando hasta la ermita de la Soledad junto a su rollo de justicia gótico. No nos podemos olvidar de que también son visibles los restos de sus murallas con la Puerta de Aguilera como única superviviente de las 4 que tuvo. Por otra parte, aún sobrevive en el pueblo en convento de las monjas Concepcionistas cuya iglesia es visitable.
Recomendación: San Baudelio
Como última recomendación, os sugerimos que ya que estáis aquí, os acerquéis hasta Casillas de Berlanga donde encontraréis un exponente único en España del arte mozárabe como es la ermita de San Baudelio.
¡Gracias por leernos! No os olvidéis de compartir si os gusto Berlanga de Duero y animaos a dejar un comentario.
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